miércoles, 11 de noviembre de 2015

Trabajo por turnos

Trabajar en el turno de noche

Hay estudios que demuestran que trabajar (de forma permanente, o rotatoria) en turno de noche tiene consecuencias adversas sobre la salud de las personas, especialmente si el trabajador tiene este turno durante mucho tiempo.
El organismo de los seres humanos está preparado para trabajar de día y descansar de noche. Por este motivo,durante la noche disminuyen las aptitudes físicas y mentales de las personas, y mantenerse despiertos y realizando una actividad que requiera concentración supone un mayor esfuerzo del que necesitarían durante el día para hacer lo mismo. Este “desgaste extra” tiene un efecto acumulativo y puede originar afecciones como hipertensión e hipercolesterolemia, lo que a su vez incrementa el riesgo de sufrir cardiopatías.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) estima que un trabajador envejecerá prematuramente cinco años por cada 15 años que permanezca en horario de trabajo nocturno. Aunque los problemas de salud no se empiecen a manifestar hasta después de cinco o 10 años de trabajo nocturno, la disminución del rendimiento del trabajador a consecuencia de la fatiga acumulada por la inadaptación al horario, es mucho más fácil de detectar.
Las personas están más alerta y rinden más entre las ocho de la mañana y las seis de la tarde. Fuera de este horario, sobre todo si se sobrepasan las ocho horas de trabajo, es más fácil cometer errores y, por lo tanto, los accidentes laborales son mucho más frecuentes y graves. La siniestralidad se incrementa en relación con el ritmo y la carga de trabajo y, además, también aumenta la posibilidad de tener un accidente al regresar el trabajador a su casa tras la jornada laboral.
El horario de trabajo no sólo afecta a la cantidad y calidad del sueño, también tiene repercusiones sobre la conducta alimentaria del individuo. Para mantener una buena salud es necesario llevar una dieta equilibrada, que aporte los nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del organismo, pero, además, es conveniente que los alimentos se repartan en varias tomas a lo largo del día, al menos tres y, a ser posible, que se trate de comida caliente. El trabajo nocturno también desestabiliza los hábitos alimentarios y, con frecuencia, los trabajadores que hacen este turno ingieren comidas rápidas que no tienen la calidad suficiente. El problema suele ser que cuando se levantan no tienen apetito y, cuando lo tienen, están trabajando, y si no pueden hacer un descanso para tomar una comida caliente y adecuada a sus necesidades, calman el hambre con cualquier chuchería.
Unos hábitos alimentarios inadecuados y mantenidos en el tiempo ocasionan trastornos en el aparato digestivo como gastritis, ardor de estómago, gases, úlcera de estómago, digestiones pesadas... Además, el consumo frecuente de ciertos alimentos como bocadillos de embutidos grasos y dulces, en sustitución de una dieta equilibrada, que resulta más difícil de seguir con el horario de turno de noche, origina sobrepeso y obesidad.

Transporte de explosivos

Transporte de explosivos

Aspectos claves para ser considerados

  • Cantidad de explosivos por trasladar.
  • Características y condiciones del embalaje, considerando especialmente dimensiones de cajas.
  • Acondicionamiento de la carga, de manera de asegurar que el transporte y la descarga sea fácil y segura.
  • Naturaleza y características de la carga, de acuerdo con los requerimientos específicos de la faena minera por despachar.
  • Características del medio en que se efectuará el transporte. Esto significa disponer de camiones habilitados y autorizados para tal propósito.
               Es requisito básico para proceder al embarque de explosivos tener la Guía Libre de Tránsito (G.L.T.), que es otorgada por la Autoridad fiscalizadora correspondiente al lugar donde se utilizará el explosivo. La G.L.T debe ser firmada y timbrada en todos los controles de Carabineros existentes en la ruta, indicándose la fecha y hora del control.
              Finalizado el transporte, la G.L.T se entrega a la Autoridad fiscalizadora que autorizó la compra, la que verifica si se efectuaron todos los controles de carretera.

Medidas de seguridad en el transporte de explosivos


Carga de explosivos

  • La carga máxima admisible es de 30 toneladas de explosivos, de las cuales hasta el 60% puede ser equivalente a dinamita.
  • La carga debe estar firmemente asegurada, de modo de evitar choques y fricciones entre los envases de explosivos.
  • La carga debe estar cubierta con una lona gruesa incombustible que la proteja del sol, humedad o chispas.

Vehículos y su circulación

Todo camión que transporte explosivos debe llevar en ambos costados un letrero visible de 20 x 80 cm que diga EXPLOSIVOS, en letras de por lo menos 15 cm de alto, de color negro.
En astas ubicadas en la parte delantera y posterior del camión debe instalarse una bandera de 40 por 40 cm con dos franjas verticales iguales, una amarilla y otra negra. La amarilla debe situarse junto al asta.
El camión debe estar cargado de combustible antes de proceder al carguío del explosivo. En caso de necesidad de reabastecimiento durante el viaje, se debe conectar el camión a tierra y despejar la zona en un radio de 10 metros.
Camión fábrica realizando carguío de explosivos
En casos de tempestad eléctrica, el camión debe detenerse en un lugar despoblado, y los tripulantes deben retirarse y alejarse a un sitio donde no corran riesgos.
Debe evitarse el tránsito por ciudades. De no ser posible, se debe circular por las zonas menos pobladas y en las horas de menor movimiento. La velocidad máxima es de 60 km/h.

Seguridad del transporte

  • La seguridad del transporte está a cargo de vigilantes privados, los que son autorizados previamente por la Autoridad fiscalizadora. 
  • No se exige protección del transporte cuando el peso neto del explosivo es inferior a 500 kg, con un equivalente a dinamita del 60%.

El explosivo y su manejo

  • El explosivo se debe encontrar en buenas condiciones, bien embalado, en cajas de madera o cartón, indicando en su parte exterior el tipo y su peso neto.
  • La carga y descarga deben ser dirigidas por personas que posean Licencia de manipuladores de explosivos.
  • Los explosivos no deben ser transportados junto con los iniciadores o cualquier otro producto inflamable o de fácil combustión. Las excepciones son debidamente autorizadas por la Autoridad fiscalizadora.
  • Las operaciones de carga y descarga deben efectuarse con luz natural, salvo en casos especiales.

Personal a cargo


  • Tanto al personal a cargo del transporte como al que participa en el transporte de los explosivos les está estrictamente prohibido fumar.
  • A su vez, tampoco pueden tener en su poder fósforos, encendedores, velas y, en general, cualquier producto capaz de producir chispas o llamas.
  • Infraestructura y equipamiento
  • Antes de la carga, y después de la descarga del explosivo, los equipos, vagones o bóvedas deben ser cuidadosamente aseados.
  • En las operaciones de carga, descarga y aseo, los equipos y vagones deben estar frenados y acuñados, y conectados a tierra mediante un cable conductor de cobre.

Almacenamiento de explosivos

Almacenamiento de explosivos

              Para realizar cualquier actividad que requiera explosivos, se deben contemplar instalaciones adecuadas para su almacenamiento seguro y apropiado, así como también de las materias primas que son necesarias para su obtención. Nos referimos especialmente al nitrato de amonio, el que se debe almacenar en canchas, sacos y/o silos. Estas instalaciones son las llamadas polvorines.

                   Tanto la construcción como el funcionamiento de los polvorines se rigen por la Ley 17.798 del Ministerio de Defensa y el Decreto 72 de Seguridad Minera.
                 Asimismo, las personas que trabajan con polvorines deben estar autorizadas por el organismo correspondiente, en este caso la Dirección General de Movilización Nacional, dependiente del Ministerio de Defensa.

Características del polvorín (las más importantes)

                   Todo almacén o recinto destinado a almacenar explosivos debe permanecer cerrado y vigilado por personal idóneo, previamente autorizado y capacitado para tal propósito.


Los depósitos deben tener instrumentos para medir temperatura (termómetro) y humedad (higrómetro). El polvorinero debe registrar las lecturas de los instrumentos una vez por día en un libro exclusivo para este propósito.
En el polvorín debe existir un libro autorizado por Sernageomin en el que se deben registrar todas las entradas y salidas de productos explosivos, indicando antecedentes tales como fechas (entrada y salida) y tipo de producto. Este libro debe ser administrado por la persona responsable del polvorín, comúnmente llamado polvorinero.


Tipos de polvorines

Los polvorines se clasifican de acuerdo con su ubicación como se muestra en el siguiente esquema:


De superficie 
Los polvorines de superficie están construidos a nivel del terreno.
Subterráneos
Los polvorines subterráneos están construidos en galerías o túneles que tienen comunicación con otras galerías dentro de la mina. En general, se destinan al almacenamiento temporal de explosivos.
Enterrados
Los polvorines enterrados son aquellos que se instalan en socavones o galerías sin comunicación con otras labores subterráneas en actividad. También pueden estar construidos en una bóveda recubierta de tierra suelta, con una techumbre adecuadamente resistente para soportarla.
Móviles
Los polvorines móviles están instalados sobre equipos de transporte, que se desplazan conforme el avance de las faenas. Su construcción debe ser totalmente cerrada e incombustible, recubierta interiormente con material no ferroso y con puertas metálicas de acceso.

 

Almacenamiento
Almacenamiento de explosivos en el polvorín
Los envases con explosivos se colocan en pilas de no más de diez cajas de altura, cuidando de que no se deformen. Si se deforman las cajas de cartón ubicadas en la parte inferior, deben apilarse en cantidades menores.
 Entre las pilas debe dejarse un metro de distancia para permitir el fácil desplazamiento. Las pilas contiguas a los muros de polvorín deben estar separadas de las paredes adyacentes por una distancia que varía entre 0,8 y 2 metros.
Almacenamiento de otros elementos
No guardar ropa, útiles de trabajo o cualquier otro elemento extraño dentro del polvorín.
No almacenar detonadores y explosivos en un mismo polvorín.
No mantener ni emplear tubos de oxígeno, hidrógeno, acetileno, gas licuado o cualquier otro elemento capaz de producir explosión en los alrededores de los polvorines.
No mantener almacenados explosivos cuyos envases presenten manchas aceitosas o escurrimientos de líquidos u otros signos evidentes de descomposición. En caso de detectar esta situación, los productos deben separarse inmediatamente para su eliminación.
No se deben utilizar combustibles o líquidos inflamables para el aseo de los almacenes. Para la limpieza es recomendable lavar pisos y paredes con una solución compuesta de:
  • - 1,4 L agua destilada
    - 4,2 L alcohol desnaturalizado
    - 0,2 L acetona.
En caso de incendio
Declarado: Si se ha declarado un incendio en el interior del almacén o polvorín, se debe dar la alarma para que toda persona que se encuentre en los alrededores se aleje hasta un lugar protegido, y se avisa al jefe de turno de la mina. Jamás se debe tratar de combatirlo. 
Amago: Ante un amago de incendio se deben utilizar los extintores ubicados en el exterior del polvorín. La combustión de nitrato de amonio sólo se apaga por enfriamiento. Para ello se utilizan extintores de polvo químico, espuma, anhídrido carbónico o agua, según sean amagos de fuego clase A, B o C.
Administración
Libro de existencias: El polvorinero debe llevar un "Libro de existencias", el que debe estar registrado ante la Autoridad fiscalizadora correspondiente. En él se anota con claridad la recepción, entrega y devolución de explosivos para las faenas.
Acceso al polvorín: El ingreso al polvorín debe hacerlo un mínimo de dos y un máximo de cinco personas simultáneamente.
Sólo pueden entrar a estos almacenes quienes tengan un permiso especial, otorgado por la administración de la faena.
No ingresar con zapatos y ropas que no correspondan al calzado y vestuario de seguridad.
No se debe ingresar al polvorín con herramientas que no sean las propias del trabajo que se vaya a realizar. Estas deben ser de metales no ferrosos (bronce, cobre, etc.), para que no se produzcan chispas.
No se debe ingresar a los almacenes con fósforos, encendedores u otros artefactos capaces de producir llamas. 
No se pueden usar calefactores en el interior del polvorín.
No se puede fumar dentro del polvorín.

Interior de un polvorín con productos explosivos
Manejo de explosivos dentro del polvorín: No abrir dentro del polvorín los cajones que contengan explosivos.
No transportar explosivos sueltos en los bolsillos o en las manos. Esta prohibición debe considerarse en forma especial cuando se trata de detonadores.
Si los cartuchos se encuentran congelados, no descongelarlos exponiéndolos a la acción directa del fuego.
No se pueden vender o regalar los envases de explosivos, cajas, cartones, papeles usados como envases o envoltorios de explosivos. Estos últimos deben ser destruidos por el fuego en un lugar apartado de los polvorines.
Entrega de explosivos: Al entregar explosivos para operaciones de tronadura, tienen prioridad los que llevan más tiempo almacenados. Por tal motivo, siempre se debe tener a primera vista los embalajes o cajas de explosivos que indican la fecha de fabricación.
Sólo pueden manipular explosivos los manipuladores de explosivos, quienes cuentan con una licencia vigente otorgada por la Autoridad fiscalizadora.
Se debe llevar a los frentes de trabajo sólo la cantidad de explosivos, detonadores y guías necesaria para el disparo.
Los explosivos se entregan en su envoltura original antes de ser cargados dentro del barreno.
No se debe proporcionar dinamita congelada o exudada. Los cartuchos con estas características se entregan inmediatamente al supervisor, quien designa un trabajador especializado para su destrucción, conforme al artículo Nº 74 del Reglamento de Seguridad Minera, letra d ("Devolución de explosivos no utilizados y eliminación de explosivos deteriorados").
Destrucción de explosivos: Los explosivos deteriorados o que se hayan dañado al punto de hacer que su uso sea inconveniente, según una constatación por inspección visual, deben destruirse.
Los detonadores o accesorios de tronadura que pierdan la identificación del retardo por cualquier motivo deben ser destruidos o usados en cachorros, sin que influyan en la secuencia de salida, previa autorización del supervisor. 

Campamentos mineros

Campamentos mineros, una cuestión de vida

Los asentamientos mineros han jugado un rol trascendental como sustento del capital humano que lleva a cabo todas las tareas de un sector productivo clave para el país. Su evolución, -desde poblados o villas a hoteles o campamentos mineros, ha estado condicionada tanto por el desarrollo constructivo y tecnológico -en respuesta a las complejas condiciones territoriales en que operan- como también a las transformaciones de estándar y exigencias laborales de la industria.
Hoy, sin embargo, el desafío es aún mayor pues se suman nuevos parámetros relacionadas a un incremento del bienestar de los trabajadores, especialmente en los contextos de condiciones geográficas y climáticas adversas y de aislación. En efecto, los principales cambios que han experimentado los campamentos mineros tienen relación con la incorporación del valor del diseño urbanístico, arquitectónico y de interiorismo.
La gran penetración del sistema modular y la constante innovación de sus características constructivas han posibilitado la incorporación de nuevas variables y criterios directos e indirectos. El énfasis ha estado dado tanto por el ordenamiento urbano y el tratamiento del espacio público exterior e intermedio como también en la búsqueda de diversidad de programas y actividades que respondan a los intereses y necesidades de descanso, ocio y socialización de los trabajadores. Es a través de la creación de estos espacios de uso flexible, capaces de constituir un espacio gregario y de encuentro para sus habitantes, que se compensa el desarraigo que sufren en la vida “fuera de la ciudad” y alejados de sus círculos afectivos.
Todos estos cambios hablan del posicionamiento de una visión global sustentada en el concepto de calidad de vida como eje de diseño integral de estas verdaderas ciudades, comprendiéndolo no solo bajo una condicionante física sino que también como una relación intrínseca entre la salud física, estado psicológico y las relaciones sociales y laborales del trabajador. El campo profesional de arquitectos y urbanistas en estos casos ya no se reduce únicamente a la identificación y resolución de las características constructivo-tecnológicas, sino que también en el reconocimiento de necesidades relacionadas a la definición de los estándares y características espaciales de los mismos asentamientos y sus soluciones.
Históricamente, la primera respuesta de las compañías mineras ante la demanda de mejoras exigidas por los trabajadores ha tendido a ser de carácter económica (salariales, derechos y bonos). Esta nueva dimensión contribuye de manera integral a responder estos petitorios y se presenta como una incidencia directa en la producción y la fidelización del trabajador, sorteando las causas de movilidad en la industria en una fórmula de proyección a largo plazo.

Principales riesgos




Procedimientos de tronadura

               En el uso de productos explosivos y accesorios para realizar labores de tronadura siempre se debe velar por cumplir con todas las reglamentaciones vigentes de seguridad y procedimientos operacionales. Para las tronaduras se distinguen las siguientes etapas:


Autorización de acceso

Al ingresar a una malla de perforación para proceder al carguío de explosivos se deberá contar siempre con la autorización de algún supervisor de la mina. Esta autorización debe ser comunicada personalmente o por radio. Es importante consultar siempre por riesgos adicionales, como las condiciones del entorno (clima) o cambios en las operaciones mineras, con el fin de asegurar el correcto trabajo.

Cierre y señalización del lugar de trabajo

La primera acción consiste en verificar el área, asegurándose de que no exista ningún impedimento para la carga normal de explosivos. Delimitar siempre el área con conos y letreros. Además, es importante impedir el acceso a toda persona ajena a la operación de carga de explosivos. El personal adjunto debe solicitar autorización; por ejemplo, muestreros, topógrafos, etc.

Primado y carguío de explosivos

El primado consiste en introducir uno o más detonadores en un explosivo de alto poder. Para primar es necesario contar con los siguientes componentes:
Booster: Explosivo de alto poder detonante, que posee la energía necesaria para iniciar toda la columna explosiva.
Sistema de iniciación no eléctrico: Está compuesto por un detonador de un tiempo predeterminado y un tubo de un largo suficiente para conectar las diferentes líneas de iniciación.

Acciones previas

Verificación del área

Antes de comenzar la operación carguío de explosivos se debe inspeccionar el área para verificar que todo esté en regla. En caso contrario, por ningún motivo se descargarán los explosivos y accesorios en el área y se comunicará de inmediato la condición anómala al supervisor de tronadura.

Una vez realizada la verificación se darán a conocer al personal involucrado en la operación todas las especificaciones pertinentes y el sector en que se puede primar y cargar, ya que puede tratarse de una tronadura de adelanto.

Profundidad de los pozos

Antes de primar se deberá chequear la profundidad de todos los pozos del disparo, dejando en cada uno de ellos una tarjeta de identificación en que se indique la profundidad y cantidad de explosivo del pozo. De existir pozos cortos (profundidad menor a la de diseño), se identificarán con un "mono" (pila de piedras, una sobre otra) y se comunicará al supervisor o encargado del carguío de explosivos, quien a su vez comunicará la situación al supervisor de la mina. Si es necesario perforar un pozo lateral o repasar un pozo corto, se dejará el espacio suficiente y debidamente señalizado para el ingreso de una perforadora al sector, respetando lo indicado en los procedimientos internos de la mina.

Distribución de accesorios

Confirmadas las medidas de los pozos, se procederá al reparto de los accesorios y boosters, teniendo presente que ningún accesorio de tronadura podrá ser tirado al suelo. Éstos serán depositados con mucha precaución en el piso, a un costado de cada pozo.

 Primado
El primado de los tiros consiste en introducir el o los detonadores al interior de un explosivo, lo que tiene lugar una vez realizadas las verificaciones pertinentes. Teniendo especial cuidado en que los detonadores queden dentro del booster, se bajará la prima por el centro del pozo, evitando los roces, y ubicándola a la profundidad programada.
Los tubos no eléctricos deberán quedar amarrados en la parte central de un coligüe que será ubicado en la boca del pozo. Si existe necesidad de dejar accesorios en el piso, éstos deberán quedar en un lugar debidamente señalizado y protegido del tránsito de vehículos que se desplazan en el disparo.
Carguío
El supervisor dispondrá la ubicación de los camiones fábrica (camiones que transportan las materias primas que se mezclan en las proporciones definidas para cargarlas en la misma perforación) con el fin de iniciar el carguío del explosivo en la perforación e indicará claramente la cantidad de explosivo por tiro, contemplando las indicaciones señaladas en el plano de amarre y la dirección de carguío.
Una vez que los pozos han sido cargados, éstos deberán ser tapados adecuadamente para asegurar el debido confinamiento de la carga. Para tal efecto, se empleará el mismo detritus (material alrededor de cada pozo producto de la perforación), evitando la caída de piedras que en su trayectoria pudieran cortar el tubo nonel. Para el tapado de los tiros se emplearán los equipos tapahoyos, que introducen el detritus en la perforación.
Terminado el carguío, se solicitará al jefe de tronadura que dé la autorización para amarrar el disparo y los pasos por seguir.
Tronadura de adelanto 
Una tronadura de adelanto es un proceso que se realiza anticipadamente, con la intención, por lo general, de tronar al otro día. En caso de una tronadura de adelanto se debe considerar lo siguiente:
No se primará la corrida de pozos que da hacia el material tronado; además, se dejará una corrida de pozos en todo el contorno del área de carguío, exceptuando la cara libre (que da hacia el frente de carguío), que puede ser primada y cargada previa autorización del supervisor de tronadura de la mina.
Si se trata de un disparo durante la noche, se dejarán espacios expeditos para el tránsito de personal y de vehículos de la mina que requieren atender equipos que deban permanecer en el área por necesidad operacional, especialmente las perforadoras, evitando así que estos vehículos ingresen al área cargada durante la noche.
De tratarse de un disparo normal que se va a tronar durante el día, se deberá dejar sin primar (o sin preparar los cebos) la corrida de pozos que da al material tronado, situación que puede ser autorizada por el supervisor de la mina que esté a cargo, dependiendo de la posición de la pala que está atacando el frente de carguío.
La asignación de los retardos o el tiempo que demora en detonar cada pozo será entregada al personal por el supervisor o capataz que se encuentre en el disparo. Cualquier duda respecto de la ubicación deberá ser consultada a ellos.
 Importante:
Si existe explosivo fuera de los pozos o en el lugar de resguardo, no se deberá dejar nunca un área sin personal; será responsabilidad de todo el personal velar porque esta medida se cumpla siempre.
El operador deberá chequear continuamente la densidad del explosivo.
El supervisor o capataz chequeará los tacos mediante huincha, según el programa de carguío de pozos.

Amarre del disparo

El amarre de disparo consiste en realizar todas las conexiones, de acuerdo con una secuencia y tiempos de iniciación establecida en la etapa de diseño.
El amarre de un disparo se realiza sólo cuando lo confirme el supervisor de tronadura que esté de turno; nunca podrá quedar amarrado un disparo de un día para otro (excepto en situaciones debidamente justificadas e informadas).
Se comenzará con el amarre dentro del área de disparo que se encuentra ya tapado (pozos cargados y tapados), por la cual no deben circular camiones fábrica y/o camionetas con accesorios.

Consideraciones del amarre del disparo

Si por fuerza mayor no se quema el disparo en el día, y ya se hubiese realizado la labor de amarre, se procederá a retirar todos los accesorios de la superficie, los que deberán ser eliminados posteriormente. En caso de existir recorte y de que éste hubiese quedado instalado, se dejará debidamente señalizado, comunicando esta situación al supervisor de tronadura de la mina.

En caso de que un disparo haya sido amarrado para ser quemado a la hora programada y, por fuerza mayor, éste no se trona, se dejará una persona con un equipo de comunicación custodiando el área, siempre y cuando el disparo haya sido postergado para más tarde en el mismo día. Si no es así, se procederá como indica el párrafo anterior.

En el caso de usarse cordón detonante, éste se colocará en un portacarrete para su distribución. Se debe tirar de un extremo del cordón, mientras se mantiene fijo el carrete en el piso con el rollo de cordón en el otro extremo. Al llegar con el cordón al extremo opuesto del portacarrete, se dejará un chicote de unos 50 cm para amarrar la línea troncal.

Los conectores "J" (perros de amarre) se amarrarán desde este extremo hacia el carrete, de manera de no dejar líneas tensas que pudiesen cortarse durante la detonación. Al momento de amarrar el conector "J" al cordón detonante, se podrá retirar el coligüe que estaba en el pozo con los dos tubos detonadores. Esta operación no podrá efectuarse antes, ya que las líneas no eléctricas podrían ser arrastradas por una eventual caída del detritus en el pozo, al quedar éste con un bolsón de aire durante el tapado. 

Es necesario tener la precaución de que el perro de amarre y el cordón queden en ángulo recto (90º), para así evitar cualquier corte provocado por la onda de detonación. De igual forma, el contacto "J" debe quedar unido al detritus o cutting cuando ya está amarrado el cordón detonante para no cortar los tubos no eléctricos que van al pozo y, además, mantener el ángulo recto entre el cordón y los tubos.

 La misma precaución se deberá tomar al conectar la línea troncal, debiendo quedar siempre en ángulo recto. 

Una vez que se encuentre amarrado todo el sistema de disparo se procederá a colocar los conectores de superficie. Éstos se ubicarán en la línea troncal, entre las filas, en el extremo opuesto a la entrada del fuego, siguiendo la línea troncal de manera de evitar cualquier corte durante la detonación.

Si en el disparo existiese recorte, se colocará un retardo de un segundo en el punto de iniciación del primario para atrasar la salida de este último respecto del recorte.

Se deberá tener precaución de dirigir el fulminante o detonador en el sentido correcto respecto de la entrada del fuego, iniciándose en el tubo y propagándose al detonador. Un error en este punto puede dejar sin detonar toda la tronadura primaria.

Si es una tronadura extensa (desquinche), se colocarán retardos de un segundo en la línea de fuego ubicadas cada siete corridas de producción, evitando que todo el recorte salga instantáneamente y que alguna piedra proyectada en altura pudiera cortar el cordón en superficie. Se colocará un segundo retardo paralelo a éstos, cumpliendo únicamente con el objetivo de asegurar la continuación de la detonación por si alguno falla.

Una vez instalados todos los retardos, se procederá a chequear el amarre de todo el disparo, responsabilidad que debe cumplir el capataz y/o supervisor que está a cargo del área.

De iniciarse el disparo en el centro del recorte, se debe tener la precaución de dirigir correctamente los fulminantes en el sentido de la detonación, de modo de evitar cualquier interrupción en la onda de detonación.

Cuando exista certeza de que no llegará personal ajeno a la tronadura, se procederá a retirar los letreros y conos que delimitan el área de carguío y de tronadura.

De no existir capacidad en la camioneta para guardar conos y letreros, se dejarán a resguardo de la tronadura, siendo retirados posteriormente.

Se procederá posteriormente a conectar el tubo de 500 a 1000 m, según sea el requerimiento del disparo, chequeando además que el tubo y fulminante no presenten ninguna anomalía. 

En la conexión del fulminante con el cordón detonante se deberá utilizar una huincha adhesiva para asegurar el conector, de manera de evitar que éste se suelte al salir con la línea para ubicarse en un lugar protegido y seguro. Para efectuar esta medida se deberá tener la certeza de que no hay personal ajeno atrás del disparo y que toda el área fue despejada, información que deberá ser entregada por el supervisor de la mina a cargo del disparo.

Siempre se deberá disponer de al menos un tubo adicional de reemplazo de 500 o 1.000 m, de manera de cambiarlo inmediatamente en caso de una falla que no se hubiese detectado con anterioridad. Además, se deberá disponer de dos percutores de pie o chispero con sus respectivos fulminantes, que permitirán iniciar los tubos de 500 o 1.000 m.

Una vez extendido el tubo de 500 o 1.000 m, y comenzando a sonar la sirena de advertencia, se cortará el tubo que luego se colocará en el percutor. Previo a esta operación se deberá hacer un segundo corte a dos metros del primero para asegurarse de que el tubo tenga la película explosiva suficiente que permita transmitir la onda de detonación en toda su longitud. Esta operación es necesaria debido a la diferencia de nivel existente entre la fábrica del tubo y la faena, la que se traduce en una diferencia de presión. Esta diferencia de presión hace salir parte de la película explosiva al momento de efectuar el primer corte al tubo.

Una vez colocado el tubo en el percutor, éste se ubicará en el suelo, tomando la precaución de que el terreno esté limpio y parejo para evitar que el percutor se desplace al momento de golpearlo con el pie.

El operador deberá esperar la orden verbal del supervisor de la mina que esté a cargo para percutir el fulminante e iniciar el tubo no eléctrico.

Operación tapado de pozos

El tapado de pozos es una operación que se realiza con el propósito de confinar las cargas explosivas para así poder aprovechar la liberación de energía en la fragmentación y desplazamiento de la roca. Es importante considerar los siguientes aspectos operacionales:

Como acción previa al tapado, se deberá soltar la amarra del tubo no eléctrico del coligüe y sujetarlo con la mano en forma segura; en lo posible, dar una o más vueltas con el tubo alrededor de la mano.

El ayudante deberá tomar una posición estable y segura; es decir, de frente al equipo, de tal forma de mantener una visión total de la operación. 

El tapado de pozos adyacentes a un material tronado o a la cara libre es un caso especial, en el que el ataque al pozo deberá hacerse en forma diagonal, de manera que el operador no dé la espalda al borde del banco o a material poco estable. En este caso, durante el tapado, el ayudante deberá mantener las líneas descendentes del pozo en forma medianamente tensa. Además, deberá tener una completa comunicación con el operador para indicarle los pasos por seguir.

El tapado de hoyos se realizará con el detritus de la perforación.

El operador y ayudante seleccionarán dicho material, asegurándose de que no existan colpas de gran tamaño, las cuales podrían producir cortes en las líneas descendentes.

Los pozos que presenten dificultad para el tapado con el equipo deberán ser tapados con palas de bronce.

Si algún pozo no presenta detritus para ser tapado, el operador deberá trasladar material sobrante de pozos ya tapados, tomando la precaución de no pasar a llevar las líneas de dicho pozo.

Al término del tapado de un pozo, se procederá a verificar el estado de las líneas, tensándolas suavemente para asegurarse de no haber producido cortes de alguna de ellas, que no hayan sido detectados durante el tapado.

Realizada la acción del punto anterior, se amarrarán las líneas al coligüe, teniendo el cuidado de dejar los conectores "J" entre el amarre y el pozo. Esto último favorece la operación de amarre.

Tronadura

Antes de la tronadura

Siempre se debe realizar la revisión de amarre según el plano y verificar todas las conexiones. Esta operación es recomendable que sea realizada por las personas más experimentadas, que deben observar con atención y chequear todo el disparo.
Debido a los riesgos asociados durante el inicio del disparo, es necesario definir una zona o área de seguridad que determine la evacuación tanto de equipos como de personas. Además, todos los posibles accesos al área de tronadura deben restringirse mediante la disposición de personas y equipos necesarios (loros), los que estarán en contacto permanente vía radio con el jefe de turno de la mina y el encargado de tronadura.

Inicio de la tronadura

Corresponde al inicio del disparo por parte de personal especializado. Es muy importante tener presente que toda esta información (día, hora y sector) debe ser conocida por todo personal que transite y trabaje en la mina; por lo tanto, se debe contar con letreros que indiquen esta información en los lugares de mayor tráfico.
Cuando se inicie el disparo, se debe considerar en forma muy especial lo siguiente:
  • Chequear que la zona sea evacuada por todo el personal, y que los equipos se encuentren a distancias seguras de posibles proyecciones de roca.
  • Utilizar sistemas de aviso mediante sirenas y comunicaciones radiales.
  •  Disparar desde lugares seguros, previamente definidos.
  • Realizar el disparo de acuerdo con la autorización del encargado de la tronadura.

Chequeo de la tronadura

Es la etapa final de la tronadura, en la que se debe tener siempre presente:
  •  Regresar al área de tronadura una vez disipados los humos y gases.
  •  Revisar completamente la zona tronada en caso de cualquier anomalía (TQ), verificar y avisar.
  •  En minas a rajo abierto nunca se debe realizar un disparo sin luz natural (la ley lo impide).
  •  Avisar que la tronadura se realizó sin novedades y que se pueden iniciar las operaciones mineras.